viernes, 18 de agosto de 2017

Catalunya no tiene miedo



Catalunya ha vuelto a padecer un nuevo golpe devastador contra su ciudadanía. Otra vez con un sangriento acto terrorista. La gente se pregunta por qué de nuevo en Catalunya. El ataque más sangriento en la historia de ETA tuvo lugar en Barcelona y ahora unos descerebrados radicales religiosos musulmanes, con el respaldo del Estado Islámico como sello de oficialidad, han vuelto a atentar en la capital catalana y otras poblaciones.

Catalunya, y particularmente su capital Barcelona, es una ciudad que atesora desde los años 70 una larga tradición de pacificas manifestaciones multitudinarias. Si de algo ha pecado esta ciudad es justamente de haber sido el referente una y otra vez en sus calles, como la portavoz crítica de injusticias sobre otros ciudadanos, fuesen de donde fuesen. Por ejemplo, contra la invasión de Irak del 2003 por parte de Estados Unidos y sus aliados, España y Reino Unido. Donde millones de ciudadanos estaban en contra de esa guerra contra el país musulmán.

Sí, es bien sabido que estos países sajones tienden a buscar ese tipo de salida bélica a los conflictos que les son de interés. Quizás los principales culpables de todo esto junto al Estado español. Pero, ¿es que no se ha sabido trasmitir al mundo que los gobiernos de España son una cosa y los de Catalunya otra? Quizás con mayor motivo se reclama todo lo concerniente al Procés.           

Debería saberse, y consta que es así, que Catalunya es una tierra de solidaridad y tolerancia, tanto con los foráneos nacionales como especialmente con inmigrantes. Ejemplos a pie de calle hay cientos. Que vengan a la memoria reciente, los cierres del CIE (Centro de Internamiento de Extranjeros) en la zona franca, en el fondo por no respetar los derechos humanos, cuando no había ninguna otra necesidad. Muchos de esos ciudadanos, musulmanes. Ayudas de catalanes donde la labor e iniciativa como la de Oscar Camps y su equipo de voluntarios de Proactiva Open Arms, han sido reconocida tanto aquí como internacionalmente en la ayuda a refugiados. La gran mayoría de ellos también de religión musulmana.

Hay respuestas en el aire, pero también hay muchas preguntas el porqué de este atentado aquí. Vale, Barcelona está de moda en el mundo. Los que tenemos vínculos o contactos fuera de estas fronteras lo sabemos. Barcelona o Cambrils o cualquier población catalana vende mucho fuera. Pero los pueblos catalanes son aliados de la razón, la equidad, la paz. Esos sangrientos descerebrados en busca de ‘venganza o justicia”, religiosa o no, se han equivocado de bando.

Lo de la formación del ejecutivo central ya raya la sinrazón. Su visita a Barcelona para hablar de unionismo y lo que ‘la gente quiere de verdad’ es ningunear lo que ha pasado. Por eso ahora lo que más de uno se preguntará con la cabeza más fría, es si el Estado podía haber hecho algo más, si sabía alguna ‘otra cosa directa’ sobre el posible atentado. Es conocida la falta de veracidad del Ministerio de Interior sobre todo lo concerniente a Catalunya. Y más sabiendo que la CIA había advertido que podía ocurrir algo así. Como han dejado claro los ciudadanos durante el minuto de silencio en Plaça Catalunya, No tinc por(no tengo miedo)...

JL Herrera Vega
Ciències de la Informació i de la Comunicació
El Comunicado