viernes, 13 de octubre de 2017

España puede Implosionar

Ante lo que pueda parecer en los últimos días desde Catalunya o se intente infundir desde Madrid, el independentismo catalán tiene en su mano el pode alcanzar su anhelada soberanía. Nunca ha estado tan cerca de ello. Eso sí, si decide dar ese paso definitivo, tiene que saber llegar hasta el final con todo lo que ello pueda conllevar por el camino.

Primero ha de pensar como un español, no como un catalán. Haber declarado la suspensión de independencia al poco de su declaración fue una buena estrategia para ver en qué punto se encontraban las posiciones. Catalunya buscaba la última concesión al dialogo con el Estado, a la vez que buscaba la complicidad de Europa para un mediador. Y de alguna manera el Gobierno bajaba el suflé de sus amenazas con la aplicación del célebre y deseado por muchos, artículo 155. El President Puigdemont sopesó prudencia.

Pero no ha servido de nada, el Gobierno español hace lo que sabe hacer, lo que ha hecho en los últimos años, lustros. Nada. Invertir en policías, ejército, armamento. Que contra el ‘don’ de la palabra de Catalunya, en caso de conflicto, siempre le ha ido bien. Ante la ‘suspensión’ de la DUI, no aflojó, sino que intuyó alguna posible debilidad del Govern e intenta amedrentar con más ímpetu. Ante esta situación amenazadora la Generalitat se encuentra ahora en la tesitura de tres posibles salidas.

Una de esas salidas en contar a última hora, antes del lunes, con un mediador de peso. Pero Catalunya no puede contar con Europa, por la sencilla razón de que si España no ha contado para esta, menos lo hará si encima utiliza el relato del ejecutivo del PP, bien secundado por la derecha europea, de verlo como un problema ‘interno’ español. España ha puesto la mejilla muchas veces en la UE y es un perro fiel tanto para Alemania como con Francia. Curioso déjà-vú; Europa también prefirió no inmiscuirse en la guerra civil y pago el precio a continuación.

No sé de qué se extrañan algunos. Hay una similitud en cómo ve Alemania al Sur de Europa y cómo ve Cataluña a España. Además, el Gobierno del PP tiene línea directa con la Comisión Europea y su presidente Jean-Claude Juncker, y este no tiene ninguna intención de mediar en el conflicto entre Catalunya y España cuando asevera que "no podemos mediar con Catalunya porque crearíamos más caos". Y justo ahí donde está una de las soluciones o la segunda posible salida. Una estrategia Slovena a la catalana.

Nunca jamás ninguna revolución fue legal. Nunca en la historia una revolución ciudadana, independencia, secesión, soberanía, etc. estuvo bien vista al principio por el caos, la anarquia y el desconcierto que llega a ocasionar. En la primera solución anterior, la democrática, la de consenso y sin mediador, ha faltado un verdadero feedback entre Catalunya y Europa. En un asunto tan importante como el de un acto de independencia, solo les ha llegado la de los medios de comunicación mayoritarios unionistas y alguna entrevista catalana, y como comunicador sé que España tiene más experiencia, menos vergüenza y más desvergüenza, a la hora de inculcar mensajes con ideas que les interesen. Por eso se ha echado en falta otra vía de comunicación.
                                           

El camino elegido de no agresión ni violencia es el correcto, pero si se quiere vencer al Estado español, hace falta lo que más temen. Lo que no pueden soportar los estados policiales como es el español. Donde tienen al ejército como refugio antes que la palabra. Buscan la comodidad judicial antes que la política. Una solución es que si se instaura el caos social España puede implosionar. Hay muchas maneras de llevar a cabo la confusión dentro de un orden para que explote hacia dentro. Si se quiere derrumbar una economía tambaleante como la española, un gobierno sin ideas y un jefe de Estado que lo alienta y solo esgrime el “155” como solución, el caos social sin violencia se los comería. Europa no puede permitirse ese caos de forma constaste y sostenida.

Para ello son necesarios a nivel de UE, universitarios encadenados a las puertas del parlamento europeo, alguna huelga de hambre,  ‘molestar’ en según qué capitales europeas colgándose de algún monumento nacional, etc. No se puede pretender un mediador y que la ‘revolución’ no salga más allá de la misma Catalunya. Y aquí tres cuartos de lo mismo, donde al final la paciencia sería la triunfadora. Y Catalunya si sabe de eso, mucho más.

Se tendría que sacrificar tiempo, esfuerzo, y lágrimas. Soportar más acciones jurídicas surrealistas, como la investigación del abuso de la policía, donde el presidente del Tribunal Supremo y del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), Carlos Lesmes, ha solicitado al Abogado General del Estado, Eugenio López Álvarez, que “curse las instrucciones precisas para proceder a ejercitar las acciones legales procedentes” contra el acuerdo de la Generalitat por el que se crea la comisión especial sobre la violación de derechos fundamentales, que pretende investigar las cargas policiales el 1-O, entre otros supuestos abusos.

La tercera salida es volver al status quo de siempre. Pero sabiendo que ese si sería el que más sacrificio tendrían que hacer todos los catalanes no solo los soberanistas. Sería una tortura para muchos. Algo positivo puede sacarse, porque el miedo-miedo está en la otra acera. Catalunya puede vivir sin el Estado español, pero al revés es mucho más dificil. Por eso lo de preservar la Unidad. Si al Gobierno, los aprendices de falangista como el Rivera, el facha Sanchez y al resto de la compañía se le provoca la confusión, saldrán movidos en la foto y los que viven de la imagen no les dejaría dormir. Catalunya sabe aguantar la presión mejor que ellos, seguro. Se espera que elGovern sepa estar a la altura en su respuesta…

JL Herrera Vega
Ciéncies de la Informació  i la Comunicació
El Comunicado