viernes, 10 de abril de 2015

Dime de qué presumes…

Decía el popular escritor y orador Mark Twain, que es mejor tener la boca cerrada y parecer estúpido que abrirla y disipar toda duda.

Hace ahora un par de años la líder de Unión, Progreso y Democracia (UPyD), Rosa Díez, consideraba un "insulto a la inteligencia y al conjunto de los españoles, vivan o no en Cataluña," el simposio ‘España contra Cataluña, una mirada histórica’ (1714-2014) que se iba a celebrar en el Centre d'Història Contemporània de Catalunya. Respecto a este congreso, Rosa Díez llego a decir que "si no fuera porque es un insulto y una falta de respeto sería hasta jocoso, pero no se puede tomar uno en broma estas cosas, porque cuando se educa en la falacia, eso tiene consecuencias muy negativas como estamos viendo", y la finalidad del mismo es "la pretensión de cambiar la historia y de intentar educar en la mentira, además de en el odio, que es una cosa muy tradicional del nacionalismo catalán”. Lo gritaba así, porque se autodemoninaba como el partido con ideales novedosos y renovados, fuera de las arcaicas mentalidades de las formaciones separatistas catalanas o del ya caduco bipartidismo estatal. Se vanagloriaba de ser la alternativa aunque no había tenido tiempo de llevar a cabo sus propuestas.
 
                                           
Aquellas aguas trajeron estos lodos. Dos años atrás esta política se sentía fuerte, era cuando su formación era la versión dura del PP en plena crisis económica –seguimos igual- pero como en la vida todo es cíclico, ahora son ellos los que están siendo relegados a favor de otra corriente menos radical o alarmista en el discurso de los que se denominan ‘alternativa’, como son Ciudadanos y Podemos. Ahora hace solo un par de días exponía y constaba que “hay una cierta tendencia por elegir lo nuevo”, porque la gente está “cansada de la vieja política”, de gente como ella con ‘solera’, mostrándose convencida de contar todavía con un “equipo solvente y un partido asentado en toda España”, insistiendo en que “su carta de presentación es el trabajo que UPyD ha hecho en sus años de vida”. No se sabe a qué se refería con esta última consigna, como no haya sido despotricar de todo lo catalán, que ahí si se habría ganado una medalla al trabajo, y con honores.

Tanta falta de avenencia y despotismo se acaba pagando, por eso dime de qué presumes y te diré de qué careces. En estos momentos a la líder de UPyD y a su circo, le crecen los enanos. Este martes le dimitió el diputado de su formación Toni Cantó, asumiendo que suponía una gran pérdida para la organización, especialmente como cabeza de lista por la Comunidad Valenciana en las próximas elecciones autonómicas. Acaba de decir este jueves que ha sido engañada por sus propios compañeros, entre ellos el exdiputado en Asturias Ignacio Prendes, que ese mismo día renunció a su escaño tras ser expulsado del partido, y el que era candidato en Aragón, Carlos Aparicio, que lo ha abandonado él mismo. Pero la sangría ha continuado, y el coordinador territorial de UPyD en Galicia, José Antonio de Lorenzo, dimitido este viernes de su cargo junto a otros dos miembros, por lo que se ha nombrado una gestora de cara a las elecciones municipales, en las que al menos siete candidatos de la formación magenta estudian presentarse con Ciudadanos. Este estado es perfecto como campo de cultivo para un líder político de partido de centro-izquierda-derecha-democrático-obrero-capitalista español. Pero es más difícil mandar que obedecer. Es más difícil ser profesor que alumno. Quien no sepa que no sea ni jefe ni docente. Lo mismo para los políticos de esta estirpe.

 J L Herrera Vega
Ciències de la Informació i de la Comunicació
El Comunicado