“Si el Pueblo es el origen de toda autoridad, y el magistrado no es sino un precario ecónomo de sus intereses, es un deber suyo manifestar los motivos que determinan sus operaciones”. Juan José Castelli. Buenos Aires, Argentina. 1764 - 1812
Esta semana se han dado situaciones harto difíciles de entender por parte del Govern. Y eso es inquietante, porque cada vez se le entiende menos. Se asimila que en la reunión a cuatro bandas del pasado fin de semana entre Esquerra, CiU, ICV y CUP, quede claro que la estrategia a seguir será secreta. Quizás esta circunstancia le convenga a Convergencia, que ha demostrado en otras ocasiones que no suele cumplir sus compromisos y que es muy dada a los globos sonda y a ambigüedades, ya sea con el enemigo o con sus aliados. Hay que recordar que en tan solo 72 horas, su socio en la sombra le recriminó que suspendiera cautelarmente la campaña - el pasado viernes - y que fijara unilateralmente un plazo para seguir adelante con la consulta, ya que el Constitucional solo ha anulado el proceso.
Los argumentos de CiU son ambiguos, parecen urdir algo que algunos/muchos no acaban de entender del todo, y con razón, y no es la desavenencia de Unió con sus socios de Convergencia. Su polémica apreciación por parte del portavoz el Govern, Francesc Homs, que fijó el próximo miércoles como fecha tope para que se celebre o no la consulta del 9-N y 24 horas después defiende la validez de la decisión de la Generalitat de ampliar el plazo de ciertos colectivos, como los inmigrantes, (algo comprensible y a petición de ERC), hace que ya no sea válida y admita toda la flexibilidad del mundo. ¿Qué pretende CiU con esta indeterminación? Es lógico que ERC esté desorientada con esas posturas tan ambiguas y confusas. Y por eso los republicanos, que parece que son el único grupo con las ideas suficientemente claras en este proceso, y a cierta distancia la CUP, no pueden integrarse en el govern. Está costando ver a Más con la suficiente fuerza/credibilidad/convicción para gobernar este proceso contra el Estado español. A pesar que Homs subraye que en los próximos días se podrán ver los pasos de la Generalitat para “ir sorteando los obstáculos”, y niegue que existan discrepancias entre su Gabinete y el resto de agrupaciones soberanistas. Desde que el TC actuara con la suspensión cautelar, está costando ver a CiU con la misma firmeza.
Esta semana se han dado situaciones harto difíciles de entender por parte del Govern. Y eso es inquietante, porque cada vez se le entiende menos. Se asimila que en la reunión a cuatro bandas del pasado fin de semana entre Esquerra, CiU, ICV y CUP, quede claro que la estrategia a seguir será secreta. Quizás esta circunstancia le convenga a Convergencia, que ha demostrado en otras ocasiones que no suele cumplir sus compromisos y que es muy dada a los globos sonda y a ambigüedades, ya sea con el enemigo o con sus aliados. Hay que recordar que en tan solo 72 horas, su socio en la sombra le recriminó que suspendiera cautelarmente la campaña - el pasado viernes - y que fijara unilateralmente un plazo para seguir adelante con la consulta, ya que el Constitucional solo ha anulado el proceso.
Los argumentos de CiU son ambiguos, parecen urdir algo que algunos/muchos no acaban de entender del todo, y con razón, y no es la desavenencia de Unió con sus socios de Convergencia. Su polémica apreciación por parte del portavoz el Govern, Francesc Homs, que fijó el próximo miércoles como fecha tope para que se celebre o no la consulta del 9-N y 24 horas después defiende la validez de la decisión de la Generalitat de ampliar el plazo de ciertos colectivos, como los inmigrantes, (algo comprensible y a petición de ERC), hace que ya no sea válida y admita toda la flexibilidad del mundo. ¿Qué pretende CiU con esta indeterminación? Es lógico que ERC esté desorientada con esas posturas tan ambiguas y confusas. Y por eso los republicanos, que parece que son el único grupo con las ideas suficientemente claras en este proceso, y a cierta distancia la CUP, no pueden integrarse en el govern. Está costando ver a Más con la suficiente fuerza/credibilidad/convicción para gobernar este proceso contra el Estado español. A pesar que Homs subraye que en los próximos días se podrán ver los pasos de la Generalitat para “ir sorteando los obstáculos”, y niegue que existan discrepancias entre su Gabinete y el resto de agrupaciones soberanistas. Desde que el TC actuara con la suspensión cautelar, está costando ver a CiU con la misma firmeza.
Es por eso que echo en falta a algún líder no tan político y algo más subversivo, agitador, alborotador o insurrecto, que no esté sujeto a los cambios de veleta del govern, y esté más acorde con la claridad de ideas de la ciudadanía, quizás alguien como la activista, Rosa Parks, o alguien más insurgente al estilo del independentista Mahatma Gandhi, o a Juan José Castelli, si se prefiere. Buscar a un lider, o a alguien en definitiva que no se detenga por una resolución antidemocrática como la del Tribunal Constitucional. Que no se arrugue por la presión y las amenazas constantes. Alguien al estilo de Carme Forcadell o de Muriel Casals, pero que arrastre a las masas de forma más visceral. No sé si alguien como David Fernández de la CUP, pero si alejado del consejero de la Presidencia, el Sr Francesc Homs, que garantiza que habrá referéndum el 9 de noviembre, ya que el Govern está trabajando al respecto, comentando que: “No estamos haciendo todo esto para hacer un paripé”. Cuando eso es lo que precisamente preocupa… o al menos esa es mi impresión…
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